MIS MUERTOS, TUS MUERTOS, SUS MUERTOS, NUESTROS MUERTOS

AQUI ES DONDE DUERMEN LOS MUERTOS DE MI CABEZA, EN ESTE CEMENTERIO LLENO DE MUSICA Y RISAS, DE FRIO Y TEQUILA, DE SOLEDAD Y MIEDOS, DE SUEÑOS Y DESEOS...

jueves, 26 de agosto de 2010

MANOS SUCIAS

Puntuales las campanas se escuchan ya, una tras otra se escucha su sonar, una, dos, tres, camina firme hacia el altar, , no es una mañana como cualquiera hoy el se levanto más temprano que de costumbre, lavo su rostro y vistió su uniforme de gala, aquel que sólo es prudente usar en estas ocasiones, luce impecable, en el están prendidas todas sus medallas y sus honores, y su bella insignia dorada que lo distingue como general, coloco su arma en su cintura y salio a rogar por sus pecados como un buen cristiano, sus botas sonaron por todo el lugar hasta llegar a la primera fila -le saludo con respeto y comenzó, la oración, el sacerdote inclina la cabeza, y hace una oración pidiendo a los fieles arrepentirse por los pecados cometidos, ahí esta él, de pie, su porte gallardo lo distingue de entre los demás, mira el crucifijo y lleva su mano al pecho, implorando perdón con un, yo pecador, oración que se me viene a la cabeza y que yo mismo repito a diario no por convicción sino por obligación, pero el no, el ahí deja su fe y su culpa en el yo confieso, libera su alma, el sermón es breve pues el tiene que acudir, puntual, y comulga contemplando el crucifijo, al terminar el acto religioso salio apresurado a su casa donde ya le esperaban con la mesa puesta y un desayuno, tomo café sin azúcar, algo apresurado, ansioso estaba para llegar a su cita, mientras el tomaba café mil preguntas llegaban a mi cabeza, ¿Cómo es qué estoy aquí? ¿Cuándo me convertí en un peligro para los demás?, ahora el sacerdote se acerca y yo comulgo también como el, pero yo mirando solo la pared, a él lo esperaba un buen desayuno, para mi, solo pan y agua, porque el café no es para quienes pecan, no, aun si comulgo ¿No lo merezco?, me hubiese gustado un café con un poco de leche pero no lo tengo, así que no molestare más, no lo pedirle, total no importa que es lo que yo coma el día de hoy, quisiera que este momento se prolongara un poco más, solo pensar que él estará por llegar en cuestión de media hora, ahora pienso en el primer día que vi. a Carmen, en aquél vestido blanco, tan hermosa como una clavel en el jardín, nunca he borrado esa imagen de ella caminando por la plaza , su reboso y su largas trenzas, pensar en ella no alivia mi alma, aquel día que me hizo padre, ver sus ojos llenos de luz tomar al niño en brazos, que días aquellos cuando todo marchaba bien y ¿Ahora donde es qué estoy?, sin Carmen, mi madre tal vez, esté llevando flores a la tumba de mi padre como cada mañana peor sé que hoy reservara algunas, que seguro estoy colocara en otra, a partir de hoy así será, como recuerdo el día que le dije que serian abuelos a mis padres, el corrió hacer una pequeña y modesta cuna y ella un par de chambritas como olvidar aquellos momentos, y mis amigos, mis viejos amigos donde quedaran sus recuerdos donde aquella culpa que tengo solo, por solo, tener las manos sucias y entonces eres enemigo de todos, y no sé porque te condenas a comulgar temprano y comer solo pan y agua, el tiempo transcurre lento, mis recuerdos son tantos, como los frutos de una huerta de aquella que al ser niño me gustaba ir y robar manzanas, ¿Cuántas habré comido ya? Cien, mil, no lo sé pero era grandioso solo ir y comer manzanas frescas, pero ya no más, el silencio me está matando y solo puedo pensar en mis manos que he lavado tanto y no se porque no puedo tenerlas limpias, a lo lejos escucho unos paso que se acercan lentamente, son unas botas limpias que resuenan por todo el corredor una a una sus pisadas, escucho con atención , el tiempo es justo, y Carmen ¿donde estará ella?, pensé que estaría aquí por lo menos para despedirse de mi, hace días que no viene, tal vez se olvido de lo mucho que la amo, o será que el niño se puso enfermo, si eso a de ser, ella es una excelente madre así que estará cuidando de el, es mejor que no venga no será grato para el que duerma si es mejor que duerma, buenos días; una voz saluda por el pasillo, es él su voz grave lo delata la cerradura se mueve lentamente, quisiera salir corriendo por la puerta pero que caso tendrá hay hombres en cada una de las puertas de este lugar cualquiera me tomaría del brazo y me haría regresar, espero paciente, entre, lo miro fijamente su mirada es fría, sin decir nada me señala el camino, lentamente me dirijo a mi destino aun no ha cantado el gallo, aun no siguen los rayos del sol ocultos, peor yo ya estoy listo todos están listo formados en el patio esperándome me coloco frente a ellos y cubren mis ojos, Juan Pérez. Es usted acusado de haber asesinado a su mujer y a su hijo, por tal motivo es condenado a fusilamiento, ¿yo? Juan Pérez no están equivocados yo no he hecho tal cosa, Carmen no está… porque esta en casa, si eso es, esto es injusto sólo tenia las manos sucias… y ella y yo, solos esa noche no, no lo recuerdo bien el niño lloraba, pero yo había bebido, no, ella, el niño, las manos sucias, sus manos, sus manos ya no están, ya no están, así es usted llego en estado de ebriedad y los dejo desangrar cuando amputo sus manos, es tarde para explicaciones señor Pérez, un grito de firmes, preparen, si lo recuerdo ella estaba en casa y yo había bebido porque el niño lloraba, ya lo sé eran sus manos que ya no estaban, y las de Carmen tampoco porque me enoje, con ella sus caricias a otro hombre mis celos nunca más ya no más, eso era, por eso mis manos sucias y él ¿donde está él?, solo recuerdo sus botas, esas botas que no están limpias del todo ¿donde es qué está él?, maldita muerte que te columpias en la cola de un gato y no me dejas saberlo, pero ¿tu sabrás la respuesta muerte?,.- el grito de fuego y después se escucho un estruendo por todo el lugar, cayo en el suelo el cuerpo del Sr. Pérez lleno de plomo y de culpas pero con las manos limpias ahora mismas que solo lavo con su sangre, todo termino, ahora las botas tenían nuevas manchas de sangre de aquellas, que él no ha podido ni ha querido limpiar y que luce más, que las medallas que el uniforme que porta con tal elegancia, no importan las botas lo importante hoy fue Pérez, mañana otro, un López o un Martínez no importa, ni el motivo quizás, lo importante es, que el general confiesa y lava sus culpas temprano antes que salga el sol mientras, el comulga cada mañana contemplando un crucifijo en busca medallas para sus botas.










Samantha Rojo
**Danzas en lo oscuro**

lunes, 16 de agosto de 2010

LA CAJA DE LA PRINCESA


Había una vez una princesa que no era feliz, ella vivía muy triste porque ningún hombre había sido capaz de demostrar su amor, a pesar de los presentes que le entregaban, oro, joyas, música, poesía, pinturas. Todo aquello que una mujer pudiese desear, así paso el tiempo, Un día llego un joven al reino, donde ella vivía, y pregunto, porque es que la princesa solo contemplaba desde su ventana el cielo por las noches y le respondieron que, era porque ella estaba enamorada de las estrellas y la luna pero jamás había podido enamorarse de un hombre, él la observaba todas las noches, un día, decidió pedirle matrimonio pero no tenia nada que ofrecerle, entonces pidió al carpintero hiciera la caja de madera tallada la más hermosa, con una estrella grabada al centro, así fue entonces que al terminarla el carpintero corrió al castillo a ver a la princesa, se postro ante ella y le dijo,- hermosa mujer, yo te amo, y tanto te amo que un día salí a buscar una estrella para ti, y la guarde en ésta cajita es tuya, y es muestra del gran amor que tengo por ti, tu amas la noche y de ella te entrego su luz.
Ella al ver este gesto de amor le miro y le dijo,- tu comprendes mi pasión por la noche, y has buscado darme algo solo para mi, por complacerme, tu debes amarme mucho, él respondió, si tanto para traerte un pobre regalo, solo que no puedes abrir la caja o la estrella quemara tus ojos, entonces coloco un candado en ella y se dejo amar por aquél hombre, pasaron los años y vivieron muy felices, pero un día el cayo enfermo y antes de morir le pidió que abriera la caja,
Ella lo hizo y solo miro un espejo dentro de ella y una nota de decía,
Hermosa mujer, no puedo darte una estrella, porque con tu belleza la opacarías, ya que tu eres más hermosa que todas las que brillan en el cielo, perdóname si es que te he mentido pero sólo de está manera podía intentar entrar a tu corazón, te amo y solo eso puedo darte, el gran amor que siento por ti y que no puedo encerrar en una caja.
Ella comprendió entonces que, el verdadero amor no se llena de regalos, sino de aceptación, él murió esa misma noche, y ella todas las noches contempla su cajita de madera bajo la luna y las estrellas para contemplar la más linda estrella, que aquél hombre le había regalado ella misma.

Este cuento es para una princesa real, con todo mi cariño para ti Karly.




Samantha Rojo

martes, 3 de agosto de 2010

DIARIO

Aquella noche un hombre se embriagaba con la muerte, mientras colocaba su mano fría sobre su sien, y le sonreía mientras levantaba su copa, la nicotina se dispersaba en la habitación, ambos conversaban como dos buenos amigos.

- Sabes yo creo que no eres tan feliz, mi querida muerte,

- ¿Por qué lo dices?, Pregunto ella,

- Creo que a pesar de saber, lo que hay antes y después del tiempo, no has sabido como sacarle provecho,

- No juzgues sólo lo que tu ves, en ocasiones saberlo todo, no es tan bueno,

- Dime ¿Te da miedo que yo pueda hacerlo mejor que tu?,

La muerte sonriendo levanto su copa de vino y la llevo a la comisura de sus labio fríos, lo miro fijamente y le dijo,

- Dime tu crees que tu lo harías bien, ¿Y qué al final del día no estarías aquí de nuevo conmigo?


- Yo creo que no, porque entonces dejaría de morir puntualmente en la oficina, haría, lo que no he podido dejar de hacer durante años, diario poner pam pam, dos sellos en la parte superior derecha de cada hoja y uno mas, pam al reverso abajo a la izquierda, uno, dos, tinta y tampón; tres, tampón, y tinta unir la hoja una y dos con un clip, hacer un monto y otro más y pasar a la foliadora un número, otro y otro más sin pasar una sola hoja, de repente ya estoy en la mil sesenta y seis o ¿Era seis mil setena? No importa la foliadora esta en mi escritorio, guardada y bajo llave el número, ahí esperando por mi al día siguiente todo de nuevo, y así cada día,

- Si un tanto complicado parece,- dijo la muerte meciéndose en la silla,- muchas ocasiones me pregunte, ¿Porqué, a pesar de tener un trabajo simple y un buen escritorio, era tan deprimente? Y lo comprendo ahora, yo pagare ese favor tuyo de hacérmelo saber,

- ¿Cómo? – Pregunto el hombre poniéndose de pie ante ella,

- Simple te daré la oportunidad de saber antes de tiempo los hechos,

- Pero ¿De qué manera? ¿Dime muerte cómo saber sí funciona?

- Toma esto y úsalo como mejor te parezca

- ¿Un diario…pero, para qué?

- Ve la fecha y espero sepas que hacer con el, si es que no me encuentras antes, la noche termina y mi estancia contigo por el momento también, así que me retiro,

A la mañana siguiente despertó confundido, recostado en su sillón gris, el cuarto, tenía un olor a alcohol y nicotina, aturdido aún, se puso de pie y camino a la mesa donde la noche anterior había charlado con la muerte y sobre ésta estaba aquél diario, no podía creerlo el diario tenia la fecha del día siguiente, no de ese mismo día como debía de ser , es imposible pensó el hombre, que hacer con el, si era o no real, salio corriendo de su casa, llegando a la esquina le dijo a una señora que vende jugos,

-¿Ya supo que asesinaron aquél candidato socialista para presidente?

- Ella se quedo observándolo y le dijo está ¿Usted bien?, mire bien ahí están en la televisión en un debate, como es que, ¿Según usted está muerto?

El se quedo callado mirando su diario, ahí lo decía bien, candidato socialista asesinado, después de haber ganado el debate ante sus oponentes, si esto era real, no perdería mas tiempo corrió al hipódromo a apostar jugarse el todo por el todo, por el caballo que el diario señalaba como ganador, y así fue gano la primer carrera y otras más, al terminar las carreras el hombre tenia suficiente dinero, 10 años de sueldo, no podía creerlo, pero ¿Cómo es que su suerte había cambiado? Pero quería más, busco entonces el número ganador de la lotería y se dirigió a comprar el boleto con el número ganador faltaban, solo un para de horas para que se jugara la lotería, no podía esperar para hacer saber a todos que ya no era uno mas, compro ropa nueva, un auto, todo lo que pudo gastar en solo un par de horas estaba dicho, se jugo la lotería sin duda el tenia el número ganador, fue al mejor y más costoso casino no le importaba perder unos cuantos miles, pues él era un millonario ahora, busco mujeres, licor y placer todo lo que el dinero puede conseguir, se dejo saciar de caricias y placer mundano, ya no tenia que pensar más en su vieja foliadora, ni en el número consecutivo, que ya había olvidado, en su trabajo nadie lo echara de menos, lo sustituirán con una maquina, y fuera de la oficina tampoco, un día tuvo mujer, pero lo dejo por su carácter inquisitivo y su afán de analizar siempre, de estar inconformé con todo y todos con el mismo, y no hacer nada por cambiarlo, lo que nunca pudo ser, hasta ahora, hasta haber tenido una charla con la muerte, con aquella que se columpia en el foco o en la cola de un gato, tomo a dos mujeres y las llevo con él, no a casa era poca cosa ya para el, nada ahí tenía importancia, era tarde y todo lo había conseguido en un solo día, ya era de noche así que no importaba más a donde fuera, su vida había cambiando para siempre, ironía de la muerte como buscarla sí ahora lo que quiero es vivir para gastar y darme placer, pensó el hombre, así que se dirigió al hotel mas costoso en su nuevo auto acompañado de esas mujeres, que vida necesito una reservación, quiero la suite presidencial pensó él, si eso merezco, tomo el diario y lo arrojo a la calle,

- Son las 10 de la noche nada importa ya, éste diario ya sirvió para lo que quería dijo soltando una carcajada

Llegaron al centro de la cuidad donde estaba aquel hotel, se estaciono justo al frente del hotel, solo se escucho un grito y luces, una sirena de ambulancia y frío, mucho frío y lluvia, después de un momento abrió los ojos y se vio de pie frente a la muerte.

- ¿Muerte… qué haces aquí, si no te he llamado?
- Lo sé, ahora no me llamaste tu pero, tenia que venir es mi trabajo y lo sabes,
- Si pero, yo lo he hecho bien muerte ya no soy el mismo, mira bien he ganado dinero y tengo mujeres, olvide mi foliadora, ya no te necesito,

- Te equivocas, no lo hiciste bien, te comportaste como todos los hombres al tenerlo todo; se olvidan de lo verdaderamente importante,

- ¿Importante, qué era importante?

- Lo ves no lo sabes ni tu mismo, ¿Dónde esta mi diario?

- Lo tire ya no me servia, ahora lo tengo todo deja de quitarme el tiempo y déjame regresar con las chicas que traje,

- Espera no puedes irte, dime ¿Leíste la ultima pagina?

- No

- Descuida lo hago para ti, trágico accidente frente al hotel plaza, camión de carga se queda sin frenos y se impacta contra un auto de lujo, dejando como saldo tres muertos y seis heridos, aun se desconoce la identidad de las mujeres que acompañaban al hombre que conducía, mismo que se identifica con el nombre de Miguel Ángel Saavedra, quien horas antes fue reconocido como el ganador del premio mayor de la lotería nacional y que vio frustrado el cobro de su premio por este percance.

- Pero ¿Por qué lo has hecho?

- Yo no he hecho nada, te lo dije, te veré después, si es que no me encuentras antes y lo hiciste tú mismo, al olvidar las pequeñas ironías de la vida.








Samantha rojo
**Danzas en lo oscuro **